Principales razones: el hombre no siempre puede controlarse, y aun así puede expulsar algo de semen sin apenas notarlo (y esto no puede controlarlo) antes de retirarse de la vagina; el líquido preseminal, que lubrifica al pene cuando el hombre se excita, puede contener algunos espermatozoides, con capacidad fecundante y que por lo tanto pueden quedar depositados dentro de la vagina; y lógicamente, no existe ninguna barrera física o química que impida el intercambio de microorganismos patógenos entre mucosas. A parte de su muy baja eficacia, hay que destacar que se trata de un método francamente incómodo, pues impide bruscamente compartir los momentos de máxima excitación y del clímax de un modo más intenso o cercano entre ambos miembros de la pareja.
Mi consejo es, pues, que os informéis en profundidad acerca de todos los métodos anticonceptivos disponibles. Pedid hora en vuestro centro de planificación familiar, donde también os darán información sobre métodos naturales, si es que vuestro interés va más por ahí (sobre todo el método Sintotérmico, que incluye tres métodos en uno: Ogino-Knaus o del calendario, Billings o de observación del moco cervical, y el de la Temperatura Basal).
Tomado de: http://tusexualidad.info/
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